domingo, 9 de noviembre de 2014

Vas a fallar.

Suena duro, pero es así, vas a fallar, en algún momento de tu vida vas a fallar, puede que solo sea una mala racha, un mal año, un mes duro, una semana para olvidar o incluso un simple día que no salió como esperabas. Todo el mundo falla, todo el mundo, y eso te incluye a ti, me incluye a mi e incluye a cada persona que pisa este mundo, desde el más pequeño, hasta el más grande. A Michael Jordan le echaron del equipo de baloncesto de su universidad porque "no era lo suficientemente bueno", ahora es considerado el mejor jugador de todos los tiempos; a Steve Jobs le echaron de su propia empresa, más tarde volvió con su idea del iPod y se hizo multimillonario. Hasta los más grandes fallan, esto es así, no puedes cambiarlo, no puedes estar en la cima siempre, porque para que haya momentos buenos tiene que haber momentos malos, para que un día llegues a rozar el cielo con tus propias manos, antes has tenido que saltar desde el mismísimo infierno. Porque sí, esto es así, fallaras, inevitablemente fallaras, es algo inherente de la propia vida, pero un vez que fallas, una vez que estas dentro de ese mal año, que atraviesas un mes duro, que tu semana se está volviendo insoportable o que tu día da asco, una vez que tengas los pies en el infierno, llega el momento de saltar, y esto también es así, después de cada caída te levantas, ¿o acaso pensaste que esto iba a ser fácil? Si fuera fácil todo el mundo lo haría, pero no es así, levantarse después de una caída es algo obligatorio pero difícil, muy difícil, y por eso no todo el mundo lo hace, existen muchas personas que se quedan en el infierno, que no luchan por saltar, aceptan las realidad que se les ha dado sin un ápice de amor propio por salir de ahí, se resignan a fallar. Pero también existe otro tipo de gente, la gente como tú y como yo, que se ha caído un millón de veces en la lucha por lograr su objetivo, pero que se levantó un millón de veces y una más, que no se resignó a fallar, que decidió que con los pies en el infierno, lo único que podía hacer era saltar, saltar hacia arriba, hasta lo más alto sin que nada ni nadie pudiera impedírselo. Esa gente es gente ganadora, somos gente ganadora, porque no dejaremos que nada nos pare, que nadie nos diga que no somos capaces de hacer algo, asique levántate, pon los pies en el suelo y no mires atrás, porque aún queda trabajo por hacer. Y recuerda, solo fallas de verdad cuando te rindes.

martes, 4 de noviembre de 2014

"You´ve got to believe"

Tienes que creer en ti mismo, porque si no, ¿quién creerá en ti? Nadie te puede dar más apoyo que tú mismo, nadie excepto tu mente te puede concienciar de que eres capaz de todo, nadie excepto tú puede cambiar tu destino. Un sabio es aquel que pide todo tipo de consejo, pero que a la hora de decidir lo hace por si mismo. Puedes pedir ayuda, por supuesto, y habrá, con suerte, mucha gente que se preste a echarte una mano, pero al final estás solo. No es por ti, ni por mi, es por la situación, es porque tiene que ser así, porque ha sido así siempre. Tienes que llevarte al límite, forzar tu cuerpo y tu mente para saber de lo que de verdad estás hecho, de lo que eres capaz. Tienes que convencerte de que tú puedes con todo, con lo que sea, ¿es mentira? Pues probablemente en un 95% de los casos lo sea, pero ¿eso que más da? tu crees que puedes, crees que eres el mejor y que nadie podrá pararte y eso te define como un ganador, un ganador tiene que hacerse, fallo a fallo, caída a caída. Cuando el camino se vuelve duro solo los duros siguen caminando. No podemos controlar nuestra vida, hay cosas que van más allá de nosotros mismos, pero podemos controlar nuestras acciones, nuestras decisiones, y eso nos hace grandes, nos da un inmenso poder. Así que toma tus propias decisiones y haz que tus acciones te conviertan en un campeón.

“Los campeones no se hacen en gimnasios. Están hechos de algo inmaterial que está muy dentro de ellos. Es un sueño, un deseo, una visión."          ~Muhammad Ali~